Entre tropezones, caídas y risas, empezamos a conocernos.

Hoy por primera vez, he vuelto a recorrer aquellas calles,
por las que me llevabas el día que nos conocimos, porque yo no sabía llegar a mi casa.
No lo había hecho desde entonces, por miedo a perderme, de hecho me he perdido,
como aquel día que tu me llevabas, y yo estaba completamente perdida.
Aquel día empezamos a conocernos, yo me chocaba, me tropezaba y me caía, mientras tu reías sin parar.
Aquel día empezamos a conocernos, perdidos como estábamos,
dentro de nosotros mismos.
Aquel día empezamos a conocernos, perdiéndonos como estábamos,
el uno en el otro.
Hoy he vuelto a recorrer aquellas calles, perdida como estoy,
en mi misma.
Todavía escucho los ecos de tus risas, que comencé a perder,
cuando dejamos de conocernos.
Todavía se pueden escuchar, los ecos de tus burlas,
en esta fría estancia, en la que se ha convertido mi casa.
Las sillas siguen teniendo marcas de cera, y la lavadora también.
De aquella época en la que todavía nos conocíamos.
Pero ya no nos conocemos.
¿Verdad?
Hoy he vuelto a recorrer aquellas calles, por las que empezamos a conocernos.
Hoy ya solo escucho ecos, porque hemos dejado de conocernos.
Y nos hemos perdido,
como quien pierde el último metro,
mientras llega corriendo al andén.

Comentarios

Entradas populares