PUEDO HACERLO
Sólo es mi nariz la que engendra trazos rojos sobre la superficie del papel,
mientras escribo con mi mano unida al brazo...y al resto de mi cuerpo.
Porque yo puedo hacerlo.
Nos desgarra la rabia, pero nuestras carnes se mantienen fijadas, como deben estar.
Porque nuestro cuerpo puede. Pero sabemos que otros no.
Quienes han sentido mayor violencia que el susto,
más inmediatez que el pavor, menos repugnancia que el horror...
El terror se siente en presencia de una amenaza elusiva y oculta,
y nos dejará rígidos, clavados en el sitio.
A algunos, chafados bajo toneladas de estructuras.
La carne abierta. Autodefensa inútil.
Este miedo huele a sangre. Me preocupo y huelo sangre.
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