Tu querías ser una puta.

Tú querías ser una puta.
Querías ser la reina de la noche.
Acostarte cada día con uno.
Destrozar parejas sólo con pasar por delante,
con tus aires de reina.
Creías que nada podría contigo.
Que nada ni nadie te pararía.
Pero un día te despertaste antes de que el se fuera,
y te abrazó, te besó y se quedó el día contigo.
Cuando se fue sabías que no volverías a verle, y por primera vez te importó, aunque no supieras ni su nombre.
Ahora sales por la noche con deportivas y jersey de cuello alto, buscando la única cara que recuerdas después de tantas otras borradas por el alcohol y la resaca.

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